Garantías mínimas aseguran fiabilidad en compras de segunda mano
Uno de los aspectos que más preocupan a quienes compran recambios usados es la fiabilidad del producto. Para responder a esta inquietud, la legislación española establece garantías mínimas obligatorias en la venta de piezas de segunda mano procedentes de desguaces autorizados.
Estas garantías protegen al comprador frente a defectos no visibles en el momento de la compra y obligan al vendedor a responder si la pieza no cumple con su función básica. Aunque la duración de la garantía puede variar según el tipo de pieza y el perfil del comprador, su existencia aporta un marco de seguridad fundamental.
Los desguaces profesionales informan de forma clara sobre estas garantías, indicando su alcance, duración y condiciones. Este nivel de transparencia es clave para generar confianza y diferenciar a los operadores legales de prácticas irregulares.
Desde el punto de vista del consumidor, contar con una garantía permite optar por el recambio usado con mayor tranquilidad, sabiendo que existe respaldo legal. Para los talleres, reduce el riesgo de reclamaciones y refuerza la relación con el cliente final.
En definitiva, las garantías mínimas no solo aseguran fiabilidad técnica, sino que también contribuyen a profesionalizar el sector y a consolidar el recambio usado como una alternativa plenamente válida.