Diagnóstico y reparación de averías electrónicas comunes
La electrónica domina los vehículos actuales hasta el punto de que prácticamente cualquier síntoma puede tener origen en un fallo electrónico. Los talleres que desarrollan competencias en este campo resuelven averías que otros no pueden diagnosticar, captando clientes dispuestos a pagar por soluciones efectivas.
Los sensores representan los componentes electrónicos con mayor tasa de averías. El sensor de masa de aire, responsable de medir el flujo de admisión, se contamina con residuos de aceite y genera lecturas erróneas que provocan pérdida de potencia y consumo elevado. Su limpieza o sustitución resuelve problemas que a menudo se atribuyen erróneamente a otros sistemas.
Las centralitas de motor sufren fallos por condensación interna, soldaduras frías o componentes deteriorados. Antes de sustituir una unidad completa, los talleres especializados verifican la alimentación eléctrica, las masas y las comunicaciones CAN Bus. Frecuentemente, el problema reside en un conector oxidado o un cable dañado, no en la propia centralita.
El sistema de iluminación LED y xenón genera consultas frecuentes. Los balastos de xenón fallan por sobrecalentamiento, mientras que los módulos LED integrados en faros modernos presentan fallos de componentes individuales que oscurecen zonas del faro. La reparación de estos elementos requiere conocimientos de electrónica y acceso a componentes de repuesto.
Los cuadros de instrumentos digitales desarrollan píxeles muertos, pantallas que parpadean o fallos de retroiluminación. Talleres con capacidad de reparación electrónica sustituyen condensadores defectuosos o resoldan conexiones, evitando al cliente el coste de un cuadro nuevo que puede superar los quinientos euros.
El sistema de confort, incluyendo elevalunas, cierre centralizado y climatización, emplea módulos electrónicos susceptibles de averiarse. El diagnóstico sistemático mediante esquemas eléctricos y mediciones con multímetro permite localizar el componente defectuoso sin recurrir a sustituciones por prueba y error.
La inversión en formación electrónica y equipamiento de diagnóstico avanzado posiciona al taller como referente en un mercado donde la electrónica representa ya más del 40% de las averías totales.